Ramón Darío “Wanchope” Ábila nunca ocultó sus orígenes ni su sentimiento. En un mundo donde los besos al escudo suelen aparecer cuando llega un contrato, él hace lo contrario: pone límite, marca territorio emocional y lo dice sin vueltas.

“Yo siempre digo que la única camiseta que me beso es la de Instituto. Es el club de mis amores.”

Nacido en Córdoba el 14 de octubre de 1989, Ábila explica que ese vínculo no es un recurso mediático ni una estrategia: es identidad pura.

“Respeto mucho a las otras instituciones. No hago el gesto ni cerca, aunque tenga construido un palacio o un monumento. La única camiseta que me beso es la de Instituto. Soy hincha, soy muy fanático y lo siento así”, dijo en una reciente nota con ESPN.

Un origen humilde y una historia marcada por La Gloria

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