En las entrañas de Moscú se oculta el Búnker 42 , un viaje a la Guerra Fría a 65 metros bajo tierra. El acceso es discreto: un simple portón verde en un edificio de dos pisos, a apenas tres kilómetros del Kremlin . Pero basta cruzarlo y descender por una estrecha escalera hasta 65 metros de profundidad para regresar de lleno a la época de la Guerra Fría.

Allí se encuentra el Búnker 42, un refugio antinuclear de 7.000 metros cuadrados, construido por orden de Stalin para albergar a la cúpula soviética y a los mandos de la aviación militar en caso de guerra nuclear.

Operativo desde los años cincuenta hasta los ochenta, el búnker entró realmente en funcionamiento durante la crisis de los misiles en Cuba, en octubre de 1962, cuando fue completamente aislado del exterior a la espera

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