Pilar Sánchez Acera ha descartado este miércoles, 5 de noviembre de 2025, ante el Tribunal Supremo que la Fiscalía le filtrara documentos relativos al correo electrónico en el que Alberto González Amador , pareja de Isabel Díaz Ayuso , se ofrecía a reconocer dos delitos fiscales para evitar prisión. La que fuera directora del Gabinete del entonces jefe de Presidencia, Óscar López , ha afirmado que recibió un «pantallazo» del documento de un periodista cuyo nombre, medio y contacto dice no recordar.
La declaración de Sánchez Acera se enmarca dentro de la tercera jornada del juicio contra el fiscal general del Estado , Álvaro García Ortiz , procesado por revelación de secretos . La testigo, actual secretaria de Organización del PSOE en Madrid , ha reiterado que no sabe de dónde procedía el documento y que este « no tenía ni emisor, ni destinatario, ni fecha », aunque sí incluía el pie de firma del despacho de abogados de González Amador.
Uso político contra Ayuso
El documento fue enviado a Juan Lobato , entonces líder del PSOE madrileño, el 14 de marzo de 2024. Su contenido debía ser utilizado políticamente contra la presidenta regional en la Asamblea de Madrid , algo que Lobato finalmente no hizo , al desconfiar de su procedencia. En sede judicial, ha reconocido que temió que el material no tuviese un origen legítimo.
Sánchez Acera ha subrayado que lo que envió no era el correo íntegro de 2 de febrero , origen de la investigación, sino una imagen sin metadatos identificativos. Aun así, el documento coincidía en contenido con el que minutos después publicó el diario El Plural .
El fiscal interpeló directamente a la testigo para saber si había recibido el archivo desde la Fiscalía . La respuesta fue contundente: « En absoluto ». Pese a su negativa, no pudo proporcionar el nombre del periodista que le habría hecho llegar el archivo. Además, ha asegurado que cambió de móvil poco después y no conserva los mensajes.
Conversaciones clave y dudas
El tribunal analizó los mensajes de WhatsApp que Sánchez Acera mantuvo con Lobato , aportados por este último al sumario y recogidos en acta notarial. En esos mensajes, ella le advierte: « Cuidado con los datos personales », y le anima a usar el contenido en su intervención parlamentaria. Entre los intercambios destaca la instrucción: « Sácasela en la pregunta (…) Un “¿quién miente, señora Ayuso, usted o su novio?” ».
Lobato preguntó explícitamente si la carta se había publicado en algún medio: « ¿Cómo la tenemos? ». A lo que Sánchez Acera respondió: « Porque llega, la tienen los medios ». El socialista expresó su inquietud: « Si no sé de dónde sale, parece que me la ha dado Fiscalía ». Ella le remitió entonces un enlace a la noticia publicada por El Plural.
Implicaciones judiciales
La testigo ha reconocido este miércoles que pasaron ocho meses entre el reenvío del archivo a Lobato y el momento en el que este le comunicó que había llevado la conversación a un notario . Esta acción ha sido clave para estructurar los elementos indiciarios del proceso contra el fiscal García Ortiz, quien también cambió de móvil durante la investigación.
La defensa de González Amador ha cuestionado con vehemencia la tesis de Sánchez Acera, indicando que « los medios no tienen WhatsApp » y que necesariamente fue un periodista quien le reenvió el archivo , algo que la testigo no pudo confirmar ni desmentir con nombres propios.
En su última intervención, Sánchez Acera subrayó: « No he podido comprobar quién era la persona porque cambié el teléfono móvil ». El tribunal valora ahora su declaración, que abre nuevas dudas sobre la cadena de custodia del archivo que desencadenó el caso.

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