La escena pudo ser de cualquier día en cualquier parte. Porque la historia siempre es la misma. Una mujer iba caminando por la calle a plena luz del día; un hombre se acercó y sin autorización, sin preguntar, solo porque se le dio la gana, la tocó.
Además de lo evidente del acoso, lo que me escandalizó fue la cantidad de veces que pudimos ver la escena porque quedó grabada. Durante algún momento de la noche de ayer tuve la sensación de que la Presidenta había padecido dos veces una agresión. En el momento y todas las veces que repetimos el video.
Tenemos que tener claro que eso es una revictimización y después de apuntar al problema principal que es el acoso físico —que es un delito y que no debemos minimizarlo— tenemos que fijar también los límites de lo que vemos y compartimos en línea

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