Mientras tanto, el equipo continúa atrapado en un ciclo de ascensos, descensos y polémicas que han deteriorado su imagen ante la afición.

La incertidumbre vuelve a rodear al Unión Magdalena. Su máximo accionista, Eduardo Dávila Armenta, reconoció que mantener al club samario “ya no es negocio” y reiteró su intención de venderlo, una declaración que reavivó el descontento entre la hinchada y reabrió la discusión sobre el futuro del equipo.

“El equipo hay que venderlo, porque no es viable, y negocio que no es viable hay que acabarlo”, sentenció Dávila en entrevista con el periodista Pablo Vergara, dejando en evidencia que el Ciclón Bananero representa hoy más una carga económica que un proyecto deportivo.

El empresario, conocido por su carácter fuerte y su prolongado control sobre las rie

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