En 2012, como parte de una aventura personal y de autodescubrimiento de la capacidad de viajar solo, acudí a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que por diferentes voces de la literatura e instituciones académicas ha sido reconocida como la más importante del mundo de habla hispana, y que este año va por su edición número 39. En aquel año el país invitado de honor era Chile, y yo tenía por entonces un maestro chileno que me inspiró en la ciencia política, don Ricardo Yocelevzky, a quien le sigo agradecido, no solo por ser mi profesor en la UAM Xochimilco, sino por mantener conmigo una conversación abierta sobre los problemas de México y América Latina. Él también estaría en este evento como ponente de lujo sobre lo que significó para su país el golpe de Estado en contra del go

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