Las aerolíneas estadounidenses comenzaron a cancelar cientos de vuelos el jueves debido a la orden de la Administración Federal de Aviación (FAA por sus iniciales en inglés) de reducir el tráfico en los aeropuertos más concurridos del país a partir del viernes debido al cierre del gobierno.

Las aerolíneas eliminaron de sus itinerarios casi 700 vuelos programados para el viernes, según FlightAware, un sitio web que rastrea las afectaciones en los vuelos. La cifra es cuatro veces mayor al total diario del jueves, y probablemente seguiría en aumento.

Los 40 aeropuertos seleccionados por la FAA abarcan más de una veintena de estados e incluyen centros de operaciones como Atlanta, Dallas, Denver, Los Ángeles y Charlotte, según una lista distribuida a las aerolíneas y a la que The Associated Press tuvo acceso. En algunas zonas metropolitanas, como Nueva York, Houston, Chicago y Washington, varios aeropuertos se verán afectados.

La FAA intenta reducir el servicio en un 10% en los mercados de "alto volumen" para mantener la seguridad de los viajeros, una vez que los controladores de tráfico aéreo han mostrado indicios de desgaste durante el cierre. La medida se toma en un momento en que el gobierno del presidente Donald Trump aumenta la presión sobre los demócratas en el Congreso para poner fin al cierre.

Apenas unas horas antes de que las reducciones entren en vigor, las aerolíneas se apresuraban para decidir dónde implementar los recortes. American Airlines informó que redujo en un 4% sus itinerarios en los aeropuertos mencionados a partir del viernes y hasta el lunes, lo que representa aproximadamente 220 cancelaciones diarias.

Los viajeros con planes para el fin de semana y fechas posteriores aguardaban nerviosos para ver si sus vuelos despegarán según lo programado. Algunos viajeros comenzaron a cambiar o cancelar sus itinerarios de manera preventiva.

Las aerolíneas implementarán gradualmente los recortes ordenados por la FAA, comenzando el viernes con la eliminación del 4% de los vuelos en los 40 aeropuertos mencionados, hasta llegar al 10%, según tres personas al tanto de lo informado por la agencia pero que hablaron bajo condición de anonimato al no estar autorizados a discutir el tema públicamente.

Hasta la tarde del jueves, la FAA aún no había publicado una orden oficial. La lista distribuida a las aerolíneas indicaba que se aplicaría en aeropuertos internacionales en la mayoría de las grandes ciudades y destinos turísticos, desde Anchorage, Alaska, Honolulu y Las Vegas, hasta Boston, Miami y San Francisco.

Algunas aerolíneas planean centrarse en reducir rutas hacia y desde ciudades pequeñas y medianas.

“Esto va a tener un impacto notable en todo el sistema de transporte aéreo de Estados Unidos”, señaló Henry Harteveldt, analista del sector.

Los recortes de vuelos —efectuados apenas unas semanas antes de la ajetreada temporada navideña— ya están influyendo para que los viajeros cambien sus planes o examinen otras opciones.

Fallon Carter canceló su vuelo del viernes desde Nueva York a Tampa, Florida, donde planeaba pasar el fin de semana en la playa. Estaba preocupada por poder regresar a Long Island para la boda de su mejor amiga, en la que será dama de honor.

“No sé si podré llegar. ¿Estaré en casa?”, expresó.

La FAA está imponiendo las reducciones de vuelos para aliviar la presión sobre los controladores de tráfico aéreo, quienes están trabajando sin goce de sueldo desde que comenzó el cierre el 1 de octubre, faltando a trabajar con mayor frecuencia. La mayoría hace horas extras obligatorias seis días a la semana, lo que les deja poco tiempo para aceptar un segundo empleo que les ayude a pagar las facturas, a menos que no acudan a laborar.

En las últimas semanas, la FAA ha retrasado vuelos cuando faltan controladores en los aeropuertos.

Las aerolíneas indicaron que intentarían reducir al mínimo el impacto en los clientes, algunos de los cuales sufrirán alteraciones en sus planes de viaje de fin de semana, y se les avisará con poca antelación.

United, Delta Air Lines y American Airlines señalaron que ofrecerán reembolsos a los pasajeros que decidan no volar, incluso si compraron boletos que normalmente no son reembolsables.

El director de Frontier Airlines recomendó que los viajeros adquieran boletos de respaldo con otra aerolínea para no quedarse varados.

Los recortes también podrían interrumpir las entregas de paquetes, debido a que en la lista aparecen dos aeropuertos con importantes centros de distribución: FedEx opera en el aeropuerto de Memphis, Tennessee, y UPS en Louisville, Kentucky, donde esta semana se desplomó un avión de carga.

Los recortes podrían afectar hasta 1.800 vuelos, o a más de 268.000 pasajeros, por día, según una estimación de Cirium.

Las aerolíneas suelen cancelar miles de vuelos con poca antelación por condiciones meteorológicas adversas, pero la diferencia ahora es que estos recortes durante el cierre del gobierno serán por tiempo indefinido, hasta que mejoren los datos de seguridad.

El cierre está poniendo una tensión innecesaria sobre el sistema y dañando la confianza en la experiencia de viaje aéreo en Estados Unidos, comentó en un comunicado Geoff Freeman, presidente y director general de la Asociación de Viajes de Estados Unidos.

Kelly Matthews, quien vive en Flat Rock, Michigan, y vuela frecuentemente por trabajo, dijo que ha cancelado la mayoría de sus próximos viajes, y entiende por qué los empleados federales de los aeropuertos han dejado de presentarse a laborar.

“No puedes esperar que la gente vaya a trabajar cuando no están recibiendo un cheque de pago por más de un mes”, apuntó. “No es que no quieran hacer el trabajo, pero no les alcanza para pagar la gasolina, la guardería y todo lo demás”.

El pasado fin de semana ocurrieron algunos de los peores problemas de personal desde que comenzó el cierre.

Desde el viernes hasta el domingo por la noche, al menos 39 instalaciones de control de tráfico aéreo reportaron posibles limitaciones de personal, según un análisis de la AP de los planes de operaciones compartidos a través del Centro de Comando del Sistema de Control de Tráfico Aéreo. La cifra, que probablemente sea menor a la real, está muy por encima del promedio de los fines de semana antes del cierre.

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Los periodistas de The Associated Press Wyatte Grantham-Philips en Nueva York, Safiyah Riddle en Montgomery, Alabama, y Christopher L. Keller en Albuquerque, Nuevo México, contribuyeron a este despacho.