En uno de los rincones menos esperados de Aragón , un casco histórico bien cuidado se ha transformado en plató de cine para una producción internacional. Se trata de un pueblo de Teruel cuya arquitectura medieval ha servido como escenario principal de una serie de ficción ambientada en el año 1504 . La elección no es casual: el conjunto monumental —compuesto por un castillo imponente y una iglesia gótica de elevadas dimensiones — ofrece una atmósfera tan auténtica que los creadores no han necesitado recurrir a efectos digitales para ambientar. El rodaje incluyó secuencias filmadas en el interior de la iglesia , entre ellas una boda , y ha fijado la mirada del turismo hacia este lugar que hasta hace poco pasaba más desapercibido.

UN RODAJE DE ÉPOCA Y PRECISIÓN

La serie s

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