Foto entregada por Adam Pažout que muestra parte de un indicador romano en la Vía Nova Traiana en Jordania. (Adam Pažout/Itiner-e via AP)

El último gran atlas de las redes de caminos de la antigua Roma se publicó hace 25 años. Desde entonces, los avances en tecnología y otras fuentes recientemente accesibles han ampliado enormemente la capacidad de los investigadores para localizar antiguas vías.

Durante cinco años, un equipo de arqueólogos revisó registros históricos, diarios antiguos, ubicaciones de hitos y otros datos de archivo. Luego, los científicos buscaron pistas en imágenes satelitales y fotografías aéreas, incluidas fotos recientemente digitalizadas tomadas desde aviones durante la Segunda Guerra Mundial.

Cuando los relatos antiguos insinuaban la existencia de caminos perdidos

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