Joaquín Sabina ha vuelto a casa. El músico, poeta y referente de varias generaciones, se despide de los escenarios con la gira “Hola y Adiós”, y Madrid se ha convertido en uno de los destinos más esperados de este recorrido final. Durante el mes de noviembre ofrecerá cuatro conciertos en el Movistar Arena , los días 12, 17, 25 y 30 , en los que repasará los grandes himnos de su carrera y brindará a su público una despedida tan emotiva como esperada.
Una gira con sabor a despedida
Después de más de cincuenta años de carrera, Sabina afronta esta gira como un cierre personal y artístico. “Hola y Adiós” no es solo un título, sino una declaración de intenciones: un saludo al público fiel y una despedida tranquila de los escenarios.
Madrid ocupa un lugar especial dentro de este recorrido. Es la ciudad donde compuso muchas de sus canciones , donde vivió sus noches más inspiradas y donde, en cierto modo, nació el mito. Por eso, sus conciertos aquí tienen un peso emocional distinto: no se trata solo de cantar, sino de cerrar un círculo vital.
Cuatro noches en el Movistar Arena
Las fechas madrileñas de Sabina serán, sin duda, uno de los grandes acontecimientos musicales del año. Las entradas se agotaron en pocas horas, lo que obligó a añadir nuevas fechas ante la alta demanda. En cada función, el artista promete un repertorio amplio que recorrerá sus clásicos imprescindibles, como 19 días y 500 noches, junto con canciones menos conocidas que forman parte de su historia personal.
El escenario del Movistar Arena se adaptará para la ocasión con una escenografía sobria, pensada para que la atención recaiga en las letras y en la voz rasgada que ha acompañado a varias generaciones. La puesta en escena combinará luces cálidas, imágenes evocadoras y una banda de músicos habitual que ha compartido con él buena parte de su trayectoria.
Un artista que vuelve a su ciudad
Sabina regresa a Madrid con la emoción de quien se despide en casa. A sus 76 años , conserva el carisma y la ironía que lo convirtieron en uno de los autores más queridos del país. Su figura sigue siendo la de un trovador urbano, capaz de mezclar poesía, humor y melancolía en una sola estrofa.
Durante los ensayos previos, el músico ha reconocido que estas noches en la capital serán especiales. Madrid fue el escenario de s us primeras actuaciones en los setenta , el lugar donde encontró su público y el punto de partida de una carrera que lo llevó a llenar estadios en toda Hispanoamérica. Por eso, cada función promete tener algo de homenaje mutuo: del artista a la ciudad, y de la ciudad al artista.
Expectación y emoción en cada función
Las entradas para los conciertos se vendieron en tiempo récord . Los seguidores de Sabina saben que esta gira no se repetirá, y eso ha multiplicado la expectación. La audiencia espera una mezcla de emoción, humor y nostalgia, tres ingredientes que siempre han estado presentes en sus actuaciones.
Cada noche será distinta, según han adelantado desde la organización. El repertorio podrá variar, los monólogos improvisados seguirán siendo parte del espectáculo y no faltarán los guiños a su público más fiel. En los últimos conciertos, el artista ha mostrado una energía sorprendente y un tono más cálido, consciente de que cada canción puede ser la última vez que la interprete en directo.
El adiós de un poeta del asfalto
La gira “Hola y Adiós” simboliza mucho más que el cierre de una etapa. Es un reconocimiento a una trayectoria que ha trascendido generaciones y estilos. Pocas figuras han sabido reflejar la vida, la ciudad y el amor con tanta ironía y ternura como Joaquín Sabina.
En Madrid, donde empezó todo , el adiós suena a reconciliación. No hay tristeza, sino gratitud. El público coreará sus letras una vez más, y el artista, con su media sonrisa y su sombrero, se marchará sabiendo que su voz seguirá sonando en cada esquina. Porque en esta ciudad, como en sus canciones, las despedidas nunca son del todo finales.
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