En el sureste de Rumanía, a un paso del Mar Negro, una base aérea se ha convertido en un enclave de alto valor estratégico para la OTAN. Se trata de la base de Fetești, que desde hace poco alberga el nuevo Centro Europeo de Entrenamiento de F-16 (EFTC), una instalación cuya importancia en el flanco oriental de la Alianza Atlántica es fundamental. Su misión es doble: adiestrar a los pilotos rumanos y, de forma prioritaria, preparar a los aviadores que libran la batalla en el frente ucraniano.

La principal razón de ser de este centro es formar a los pilotos ucranianos que se pondrán a los mandos de los cazas F-16 prometidos por varios países occidentales. Una coalición formada por los Países Bajos, Bélgica, Dinamarca y Noruega se ha comprometido a entregar hasta 87 de estos aparatos a Kie

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