De la ilusión desbordada frente a Alemania a la preocupación que dejó el empate sin goles ante El Salvador. Así ha sido el cambiante panorama de la Selección Colombia en el Mundial Sub-17 de Catar, que pasó de rozar la clasificación anticipada a los dieciseisavos de final a tener que jugarse todo en la última jornada de la fase de grupos.

El conjunto dirigido por Freddy Hurtado empató 0-0 en su segundo compromiso, un resultado que deja sensaciones encontradas. Si bien el equipo dominó la posesión y buscó constantemente generar peligro, le faltó lo que marca la diferencia en los torneos cortos: profundidad y contundencia. El balón fue suyo, el ritmo del juego también, pero el gol nunca llegó. Y en el fútbol de los mundiales, sin goles no hay certezas.

De la esperanza al desconcierto

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