Argentinos Juniors perdió una final inolvidable y dolorosa ante Independiente Rivadavia de Mendoza por la Copa Argentina. Tras el 2-2 en los 90 minutos, el campeón se definió desde los 12 pasos y allí uno de los momentos más dramáticos tuvo como protagonista a Tomás Molina, delantero del Bicho.

Molina fue uno de los encargados de ejecutar su penal, pero vivió una situación insólita: debió patearlo dos veces, ya que en la primera ejecución el arquero rival se adelantó. En ambas ocasiones, el remate fue contenido.

El atacante quedó apuntado por su error y, horas después, decidió expresarse en sus redes sociales con un mensaje cargado de dolor y de autocrítica:

“No tengo fuerzas para describir el dolor que siento. Estoy muy triste. Tenía mucha ilusión y nuevamente me toca pasar por esta”.

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