Los perfumes se convirtieron en un elemento básico para los compradores de la Generación Z, la categoría de consumidores de mayor crecimiento a nivel mundial, y las grandes marcas de belleza están aprovechando esta tendencia.
Antes consideradas un lujo, las fragancias son ahora una opción predilecta para los jóvenes consumidores que buscan expresar su estilo y mejorar su estado de ánimo en medio de la incertidumbre económica. Es el nuevo “efecto pintalabios”, de acuerdo con analistas, en referencia a una teoría económica que sugiere que los consumidores tienden a comprar pequeños artículos de lujo en lugar de productos caros cuando la economía flaquea.
Estae Lauder, L’Oréal y Coty, propietarias de marcas de fragancias como Le Labo, Tom Ford, Valentino, Yves Saint Laurent, Emporio Armani

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