Nadie se puede ofender si constatamos que se comporta como un auténtico autócrata. La izquierda mediática puede decir que le cosificamos, pero la realidad es tan evidente como inapelable. Le podemos definir, también, como un aspirante a déspota o sátrapa sin faltar a la verdad. Por supuesto, vivimos en una democracia, pero en el terreno político tenemos a un presidente que pretende ejercer por sí solo la autoridad suprema del Estado. ¿Es una exageración? Desgraciadamente, es una triste e inquietante realidad. A estas alturas ha acreditado que es un mentiroso compulsivo y quien crea que es una exageración no tiene más que acudir a la hemeroteca. No hay duda de que tiene una moral algo distraída que le lleva a convertir la mentira en un instrumento permanente de su acción política. Es lógico
Sánchez, un aspirante a autócrata en la UE
LA RAZÓN Opinión8 hrs ago
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