El cometa 3I/ATLAS volvió a entrar en escena científica después de un período en el que su observación directa resultó imposible debido a su posición con respecto al Sol. Su vuelta a la visibilidad desató una carrera coordinada entre sondas espaciales, observatorios solares y satélites dedicados al monitoreo profundo del espacio.

Antes de que telescopios terrestres puedan dirigir sus espejos hacia él con precisión, varios instrumentos situados fuera de la atmósfera terrestre están preparados para registrar su paso y ofrecer las primeras imágenes detalladas.

El interés no se limita a la espectacularidad de su aproximación. Este cometa procedente de fuera del Sistema Solar posee características que se alejan del comportamiento conocido en cuerpos similares.

Su órbita no encaj

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