Si hace unos días, cuando se conoció que la familia Martínez Zabala, propietaria de Bodegas Faustino, había contratado al banco de inversión Rothschild para que realizara su tasación, ya se produjo un importante sobresalto en el sector, los nuevos acontecimientos no han contribuido a una vuelta al sosiego. Y es que, según publicó ayer El Economista, García Carrión, uno de los grandes grupos del mundo del vino, estaría analizando la adquisición, no solo la bodega de Oyón y una de las de mayor solera de Rioja, sino también del grupo Codorníu, propietario de Bodegas Bilbaínas.
Según el diario madrileño, este interés, que de materializarse depararía operaciones de indudable relevancia en la Denominación más antigua de España, obedece al afán de la compañía murciana en acelerar su presenci

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