Y 47 años después Tezanos me llamó. Bueno, en honor a la verdad, no me llamó el mismísimo Tezanos, más que nada porque la voz que me habló al otro lado del teléfono era femenina. Pero sí, a mis 47 primaveras recibí mi primera llamada del CIS. Vamos, que a media tarde y sin esperarlo, perdí la virginidad como encuestado por el Centro de Investigaciones Sociológicas. Ahora puedo confirmar que, al menos, el CIS llama a gente anónima para hacerle un sesudo cuestionario. Lo que no puedo garantizar es que las respuestas se traten de manera ética e independiente. Cuando la entrevistadora me dijo que la conversación duraría alrededor de diez minutos, no lo dudé. Poco tiempo me parece para conseguir llevarme al éxtasis, y tengo que reconocer que yo, al menos, disfruté. Para que luego digan que la p

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