En septiembre escribí la columna acerca de “los problemas recurrentes del Deportivo Pereira” y resalté el papel de su hinchada como una de las mejores del país. Pero antes de hablar de esa hinchada especial, recuerdo que, lejos de ser un experto deportivo, más fanático que otra cosa, puse el foco en la responsabilidad de Álvaro López en la actual crisis, lo hice como hincha, y porque también hubo pocas voces que, llamadas a hacerlo, evitaron, hasta entonces, dirigir su aliento hacia dónde debían. Toreado el avispero, no faltó quienes me corrigieran la plana y me aprobaran raspando el nivel de arrojo, mismo del que carecieron tras pusilánimes intereses individuales.

Retomemos mejor el rol de la hinchada, como lo dije en otra columna en la que dediqué el título a Andrés Felipe Quintero, un

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