La megaciudad The Line es un fracaso. Este proyecto faraónico, construido en Arabia Saudí, tuvo que recortar su presupuesto al reducir la cantidad de ciudadanos que habitarían en la ciudad y los kilómetros prometidos, no instaló la planta desalinizadora para abastecer las necesidades de agua previstas y consumió una buena parte del acero mundial. Por lo tanto, todas estas malas noticias provocaron que The Line se convirtiera en un "desastre financiero", teniendo en cuenta que el país tuvo que aumentar el presupuesto de la megaconstrucción, lo que también provocó que las obras se alargaran otros 55 años.

En un principio, estaba previsto que la primera fase The Line estuviera terminada para 2030, con el proyecto completo finalizado en 2045; pero, si echamos las cuentas y sumamos los 55 años

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