El desarrollo del imperio español en la Edad Media fue el resultado de siglos de conquistas, reorganización territorial y repoblación tras el avance cristiano sobre Al-Ándalus . Para los historiadores nacionales, este proceso consolidó una red urbana que transformó la estructura demográfica de los reinos de Castilla, Aragón y Navarra entre los siglos XI y XV .

Durante esta etapa, el auge de las ciudades estuvo íntimamente ligado al control político y a la expansión económica. Las urbes se convirtieron en centros administrativos, militares y mercantiles que reflejaban el poder de cada corona.

Las 10 ciudades más pobladas del imperio español en la Edad Media

Para el año 1500 , las estimaciones demográficas recogidas por la ‘Real Academia de la Historia’ y contrastadas con fuentes fiscales de la Corona de Castilla permiten establecer una jerarquía urbana clara. Estas eran las diez ciudades más grandes del imperio español en la Edad Media :

  1. Granada – 70.000 habitantes: tras la conquista cristiana en 1492, la ciudad seguía siendo uno de los principales centros urbanos de la península por su legado nazarí y su posición estratégica.
  2. Valencia – 50.000 habitantes: integrada en la Corona de Aragón, fue un núcleo comercial de gran relevancia mediterránea.
  3. Sevilla – 50.000 habitantes: su crecimiento se aceleró en el siglo XVI gracias al comercio con las Indias, pero ya en 1500 era una urbe clave.
  4. Valladolid – 48.000 habitantes: centro político y administrativo del reino castellano, llegó a ser capital temporal.
  5. Palermo – 48.000 habitantes: perteneciente a la Corona de Aragón, fue la ciudad más poblada fuera de la península. Actualmente está en el sur de Italia.
  6. Toledo – 47.000 habitantes: capital religiosa y política del reino castellano, con gran influencia artesanal.
  7. Málaga – 38.000 habitantes: en plena transformación tras la conquista castellana, destacaba por su actividad portuaria.
  8. Medina del Campo – 35.000 habitantes: su importancia radicaba en las ferias y el comercio de lana y metales.
  9. Córdoba – 35.000 habitantes: aunque había perdido su esplendor califal, seguía siendo relevante en la red urbana castellana.
  10. Barcelona – 29.000 habitantes: su dinamismo mercantil se vio afectado por la crisis bajomedieval, pero mantuvo un peso político destacado.

Este conjunto de urbes concentraba buena parte de la población urbana de la península. Según Ladero Quesada, alrededor del 25% de los habitantes de Castilla vivía en ciudades , un porcentaje elevado en comparación con otros territorios europeos de la época.

Las raíces urbanas del imperio español en la Edad Media

Según los estudios del historiador Miguel Ángel Ladero Quesada, muchas de las ciudades medievales hispánicas tenían un pasado romano o islámico anterior a la consolidación de los reinos cristianos. En la península, la expansión de la vida urbana coincidió con la Reconquista y la colonización de nuevos territorios .

Entre los siglos XI y XIII, el renacimiento urbano transformó antiguos asentamientos abandonados y dio lugar a nuevas fundaciones como Murcia , Calatayud o Badajoz .

El imperio español en la Edad Media heredó este entramado urbano, que permitió establecer una administración más cohesionada y fortalecer el comercio interior. La formación de villas con fueros propios y la aparición de concejos municipales impulsaron la autonomía local.

Al mismo tiempo, las rutas comerciales con el norte de Europa y el Mediterráneo potenciaron el desarrollo económico de urbes como Barcelona y Valencia .

Población y economía en el cambio de siglo

El tránsito hacia el siglo XVI marcó el inicio de una nueva etapa para el imperio español en la Edad Media.

La población total del territorio (incluidas las posesiones de la Corona de Aragón) rondaba los 6,5 millones de habitantes , de los cuales más de cuatro millones correspondían a Castilla . Este crecimiento se sostuvo gracias a la expansión agrícola y al auge de los mercados locales.

Las ciudades del sur, como Sevilla y Córdoba , experimentaron un incremento demográfico notable. Ladero Quesada señala que entre 1480 y 1500 muchas de las regiones andaluzas se repoblaron con inmigrantes procedentes de Extremadura, Castilla la Nueva y Murcia.

Este fenómeno consolidó una estructura urbana que sería esencial para la administración del futuro imperio colonial.

De la península al Mediterráneo: el caso de Palermo

Entre las ciudades del listado, Palermo destaca como la única situada fuera de la península ibérica. Su incorporación al imperio español en la Edad Media se debió a la expansión aragonesa en el Mediterráneo, que llevó a la Corona a controlar Sicilia y Cerdeña.

La ciudad italiana se convirtió en un punto clave para las rutas comerciales hacia Oriente y en un enlace político entre España e Italia .

Su población, estimada en 48.000 habitantes en 1500 , la situaba al mismo nivel que Valladolid o Sevilla. Además, su integración demostró la naturaleza multinacional del poder hispánico antes incluso de la unificación completa de los reinos bajo los Reyes Católicos.