La grave crisis de inundaciones que azota a Bragado desde marzo desencadenó una fuerte crítica a las autoridades locales, a quienes algunos productores agropecuarios acusaron de inacción durante tres años de sequía, un período ideal para la realización de obras.

La productora Paulina Bordeu denunció que, pese a abonar tasas viales millonarias por mes, no se concretaron las infraestructuras necesarias para mitigar la situación que hoy mantiene a diversas familias y campos aislados. La falta de respuesta adecuada llevó a los productores a enviar una carta documento al municipio, evaluando incluso la rebelión fiscal como medida de presión.

El núcleo del problema es el agua estancada que ha destruido los caminos rurales, impidiendo la entrada y salida de las propiedades. La situación represe

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