El vinagre casero es una de las fermentaciones más nobles, seguras y fascinantes que podés hacer en casa. A diferencia de otras bebidas fermentadas, el vinagre no presenta riesgos, ya que las bacterias acéticas que lo producen son completamente beneficiosas. Además, este líquido lleno de vida contiene microorganismos vivos que favorecen la digestión, fortalecen el sistema inmunológico y realzan los sabores en la cocina.
Solo necesitás tres ingredientes naturales -manzanas, agua y azúcar- y un poco de paciencia para dejar que la naturaleza haga su trabajo. La ciencia detrás de este proceso es tan simple como maravillosa: primero, el azúcar se transforma en alcohol mediante una fermentación anaeróbica (sin oxígeno) y, luego, ese alcohol se convierte en vinagre a través de una fermenta

MINUTO NEUQUÉN

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