José Esparragoza tenía cinco años cuando una canción de cuna muy popular sonó en el equipo viejo de su papá en El Banco, Magdalena. 'La tortuga', de Joe Arroyo, le enseñó a su cerebro a descifrar el mapa sonoro de una interpretación. Primero llegó el tambor alegre, luego el guache, después la maraca. Cada instrumento era una voz distinta que hablaba al mismo tiempo, pero él los entendía todos.

Cuando su padre, Víctor Esparragoza, notó que también cantaba, lo invitó a ser parte de su agrupación musical "Herederos del Folclor" y a recorrer el país interpretando cumbia. Esas fueron sus primeras bases en este género.

Años después, José llegó a la Universidad del Magdalena y conoció a Carlos Bueno, un percusionista samario que aprendió a tocar el tambor a los tres años, cuando su tío, Jorge O

See Full Page