El mundo le sonríe. Todos lo reciben como al loco genio que está revolucionando la Argentina y que, además, ha recibido el respaldo social en las urnas. Hasta logró dictamen para el Presupuesto en Diputados. ¿De qué preocuparse? El problema lo tienen los demás: la oposición, Cristina detenida y en un nuevo juicio, los que no se adaptan a las nuevas reglas de juego, el 59% que decidió votar otra opción el 26 de octubre, los gobernadores dialoguistas que vuelven rendidos a la casita de los viejos, etc.

Su segunda semana poselección puede haber sido la más tranquila y auspiciosa que se recuerde desde su polémico discurso en Davos, a fines de enero. Luego vino el caso $Libra, entre muchas otras cosas. Pero como nada de eso tuvo costo electoral, da igual. La Libertad sigue avanzando.

Los triu

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