Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, se encuentra en el centro de la escena política y busca consolidar su liderazgo a nivel nacional. Su objetivo es convertirse en candidato a presidente en 2027. Sin embargo, enfrenta presiones tanto de La Cámpora, liderada por Cristina Kirchner, como de los intendentes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), quienes tienen opiniones diversas sobre su camino. Kicillof ha cambiado la dinámica de toma de decisiones al permitir que los jefes comunales discutan en largas reuniones. Aunque él tiene la última palabra, las posturas de los intendentes ahora tienen más peso que en su anterior mandato. El gobernador busca diferenciarse de CFK y construir su propio liderazgo, lo que ha generado tensiones con aquellos que desean decisiones más rápidas y contundentes. La situación revela dos realidades. Primero, muchos intendentes ven en Kicillof a un líder en ascenso, pero deben adaptarse a su estilo de liderazgo, que es diferente al que están acostumbrados. Segundo, Kicillof avanza a su propio ritmo, lo que le ha permitido ganar influencia en el peronismo y tomar decisiones clave, como el desdoblamiento electoral. Un tema candente es la presidencia del PJ Bonaerense, actualmente ocupada por Máximo Kirchner, cuyo mandato vence el 18 de diciembre. Kirchner desea continuar, pero necesita consenso interno. En el MDF, hay un consenso en que no quieren que Kirchner siga al mando. Algunos proponen que Kicillof asuma la presidencia del partido, argumentando que es crucial para la conducción política del peronismo. Sin embargo, hay quienes creen que Kicillof debería ser representado por un delegado en la presidencia para proteger su proyección presidencial. Un intendente del interior resumió: "Axel tiene la proyección de ser candidato a presidente en 2027. Hay que cuidarlo y blindarlo". En medio de esta lucha interna, el cristinismo ha acusado a Kicillof de incumplir un acuerdo tácito sobre la presidencia del PJ Bonaerense. Según ellos, Kicillof había acordado que Kirchner continuaría al frente del partido. Desde el entorno de Kicillof, se niega la existencia de tal acuerdo y se considera que no hay más que discutir sobre el PJ. Este choque de versiones ha intensificado las tensiones dentro del peronismo bonaerense, con acusaciones cruzadas que reflejan la lucha por el poder y el futuro del partido. La situación sigue siendo volátil, y el desenlace de esta disputa podría tener un impacto significativo en la política argentina en los próximos años.
Kicillof busca liderar el PJ en medio de tensiones
Noticias de Argentina2 hrs ago
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