En Colombia, los nombres propios son una verdadera expresión de identidad cultural, tradición familiar y, en muchos casos, de imaginación sin límites. Aunque la mayoría de los colombianos llevan nombres comunes como Juan, María, Andrés o Catalina, la Registraduría Nacional del Estado Civil ha revelado que cada año aparecen cientos de nombres poco usuales, llamativos e incluso extravagantes que despiertan curiosidad y humor entre los ciudadanos.

Desde clásicos antiguos como Mardonio , hasta combinaciones modernas como Idelbrandon , o nombres que parecen inventados como Exeomo , los registros civiles del país demuestran que la creatividad de los padres colombianos no tiene fronteras.

Entre la fe, la moda y la imaginación

Los nombres más raros del país muchas veces tienen raíces re

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