En las últimas semanas hemos visto a Elon Musk alzándose como adalid de la neutralidad del conocimiento , aunque paradójicamente lo haga ofreciendo su propia visión de la historia mediante una IA que solo él controla : Grokipedia. Tal y como destacaban en La Sexta , el de Musk no ha sido el único caso de un millonario que ha querido imponer sus intereses en la interpretación de la cultura o en cómo se accede a ella.

Desde hace más de tres siglos, los millonarios han buscado influir en la manera en que el mundo accede al conocimiento, dejando huellas que van desde la Ilustración hasta la actualidad digital. Cambian las formas y los formatos, desde enciclopedias impresas hasta algoritmos de inteligencia artificial, pero la intención de dominar la narrativa persiste.

Chrétien-Guil

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