Cuarenta años después de la toma del Palacio de Justicia , Colombia sigue viviendo entre el humo. El aniversario ha convertido pantallas y páginas en confesionales, y nuevas películas, series y libros están reabriendo heridas que muchos creían cicatrizadas. Su mensaje es claro: la memoria no es un acto de nostalgia sino de supervivencia , una forma de mantener al presente responsable de sus fantasmas.

Un aniversario que se niega a desvanecerse

El Palacio de Justicia nunca fue solo un edificio en Bogotá. El 6 de noviembre de 1985 , se convirtió en una herida nacional cuando la guerrilla del M-19 tomó por asalto la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado , tomando como rehenes a decenas de magistrados y funcionarios. La retoma del edificio por parte del ejército trans

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