Los trabajos en Rio Bonito do Iguaçu se concentraban este domingo en despejar los escombros y restablecer los servicios esenciales, dos días después de que un devastador tornado arrasara esta ciudad del sur de Brasil.

El fenómeno meteorológico dejó seis muertos y más de 800 heridos el viernes tras azotar esta localidad de 14.000 habitantes del estado de Paraná , ubicada a unos pocos cientos de kilómetros de las famosas cataratas de Iguazú.

La fuerza del tornado, cuyos vientos alcanzaron los 250 kilómetros por hora, destruyó casas, comercios, escuelas y centros de salud. Hizo volar vehículos y arrancó árboles de raíz.

"Comenzó aquel estruendo tan rápido, le dije a mi marido: 'esto no es bueno, es peligroso', y comencé a leer la Biblia, pero ya no dio más tiempo", relató a AFP Lourdes

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