Es el sector de moda por el auge del gasto militar y su mayor exponente es Indra, con la que el Gobierno quiere crear un gran operador nacional y que planea una polémica fusión con la empresa de su presidente
Indra cifra en 10.000 millones su cartera en Defensa para 2026 tras copar los préstamos a dedo al 0% al sector
La elevada incertidumbre geopolítica y el boom del gasto militar han puesto de moda al sector de la defensa, una industria que en España es eminentemente exportadora, compuesta en su mayoría por pymes y cuyo punta de lanza es la cotizada Indra.
El pasado 29 de octubre, la principal empresa española de tecnología punta, con la que el Gobierno está intentando armar un gran operador nacional, celebró un concurrido acto en Ifema, el recinto ferial madrileño cuyo comité ejecutivo preside su CEO, José Vicente de los Mozos.
En el evento (jamón ibérico a discreción, como en los tiempos de la burbuja inmobiliaria), Indra citó a 600 empresas, centros de investigación y universidades para “reafirmar su compromiso como empresa tractora y apoyarse en los Programas Especiales de Modernización [PEM] como palanca para reforzar la competitividad del sector y convertirlo en referente en la Europa de la Defensa”.
El encuentro resume el momento del sector, con Indra como gran protagonista. Descartada la empresa pública de energía que el Gobierno socialista llegó a poner sobre la mesa en los albores de la crisis energética que provocó Rusia con la invasión de Ucrania, el Estado lleva tiempo incrementando su peso en el sector de Defensa, con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) e Indra como ejes vertebradores.
Superada su profunda crisis en época del polémico Javier Monzón (descabalgado en 2015 tras la entrada temporal de Telefónica en Indra), la compañía que preside desde enero Ángel Escribano, tras la marcha de Marc Murtra a la 'teleco', lidera las subidas del Ibex este año (sube cerca del 190%) y espera cumplir ya los objetivos que tenía para 2026.
Indra, que tradicionalmente obtenía no más del 20% de sus ingresos de la tecnología militar, ha sido la gran beneficiada de los más de 14.000 millones de euros en préstamos al 0% que el Gobierno concedió a dedo entre septiembre y octubre para los PEM del Ministerio de Defensa, al calor del Plan Rearm UE, dotado con 800.000 millones de euros. El grupo acaba de cifrar en 10.000 millones su cartera de pedidos en Defensa para 2026.
“Nunca había visto una oportunidad como esta”, decía hace unos días el presidente ejecutivo de Indra, a su vez copropietario de su primer accionista privado (14,3%), Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), con el que Indra planea una absorción muy polémica por el evidente conflicto de interés que supone.
Escribano reconocía que en 30 años en el sector no había visto algo así. Ante las exigencias de la OTAN y el plan del Gobierno para incrementar el gasto en defensa al 2% del PIB, “las empresas tenemos que generar el conocimiento, las capacidades, y no dejar pasar esta oportunidad”.
Indra controla hace años la electrónica de muchas Administraciones (también los procesos electorales) y es líder mundial en tecnología de control del tráfico aéreo.
Entre otros proyectos, desarrolla radares para los ejércitos de España, Reino Unido, Francia, Alemania o Dinamarca, además de la OTAN; y es el coordinador industrial español del mayor programa de defensa colaborativo de Europa, el FCAS o Futuro Sistema de Combate Aéreo, llamado a competir con el F-35 estadounidense cuya compra descartó Defensa este verano. En el FCAS participa el gigante europeo Airbus, del que el principal accionista de Indra, la SEPI, tiene un 5%.
Con más de 61.000 empleados y una facturación de 4.800 millones en 2024, aunque mucho más pequeña que los grandes gigantes del sector de defensa, Indra tuvo un origen vinculado al sector público, resultado de la absorción de la empresa privada Ceselsa por la estatal Inisel. En 2013, con la extinta Bankia en la UVI, la SEPI compró el 20% de la antigua Caja Madrid en el grupo. En febrero de 2022, dos días antes de la invasión de Ucrania, el Gobierno de Pedro Sánchez autorizó al holding estatal a aumentar su participación hasta el 27% actual.
Tras tantear su compra sin éxito, en 2023 Indra adquirió por 175 millones cerca del 10% de ITP Aero, referente mundial en motores aeronáuticos de aviación, que suministra los propulsores de Airbus. Con ventas de 1.612 millones en 2024, en ITP son accionistas el fondo estadounidense Bain Capital (69,5%), JB Capital, de Javier Botín (10%), y el Gobierno vasco (6%).
Poco después de la entrada en ITP irrumpió en Indra la familia Escribano, con un 3,4% inicial que elevó progresivamente hasta el 14,3% actual. El próximo día 28, Indra aprobará en una junta extraordinaria sacar del consejo a dos consejeras independientes contrarias a la absorción de EM&E, operación que los Escribano quieren cerrar antes de fin de año y con la que podrían elevar su paquete en Indra a cerca del 30%.
EM&E es una empresa de una dimensión muy inferior a la de Indra. Con unos 1.250 empleados, en 2024 facturó 355 millones (en 2019 sus ventas no llegaban a 55 millones). En los últimos años ha recibido adjudicaciones multimillonarias de Defensa, muchas sin concurrencia. En marzo, el presidente de EM&E, Javier Escribano, hermano de Ángel Escribano y consejero de Indra, confió en facturar unos 400 millones en 2025. En octubre, elevó la cifra a 480 millones.
Con sede en Alcalá de Henares (Madrid), EM&E suministra sus sistemas a las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad de todo el mundo. Presente en más de 25 países, era semidesconocida cuando en 2019 fichó como asesor al ex secretario de Estado de Defensa Agustín Conde, que estuvo unos meses en el grupo fundado por el padre de los Escribano, tornero, como sus hijos.
EM&E tuvo entre 2015 y 2021 como accionista minoritario al fondo soberano de Omán. Copó titulares en 2020 al adjudicarse la fabricación de respiradores en los momentos más críticos de la pandemia. Meses después se creó el consorcio TESS Defence, en el que Indra tiene un 51% desde este año, y que debe fabricar los nuevos blindados 8x8 Dragón para el Ejército de Tierra, que ya acumulan importantes retrasos, lo que ha provocado una reprimenda pública de la ministra de Defensa, Margarita Robles.
En TESS son socios los Escribano, la estadounidense General Dynamics, dueña de la española Santa Bárbara, que quiere aumentar un 70% su producción en España y en junio anunció un acuerdo de colaboración con Escribano “para desarrollar conjuntamente oportunidades en el sector de la Defensa”; y la vasca SAPA, a su vez dueña del 7,94% de Indra, ligeramente por encima del 7,24% de Amber Capital, del presidente de Prisa, Joseph Oughourlian.
SAPA facturó 67 millones en 2024, un 23,5% más, con un beneficio de 2,89 millones, y prevé 800 millones de ingresos en 2032. El grupo vasco acaba de ampliar su alianza estratégica con General Dynamics para el desarrollo cooperativo de vehículos next gen del Ejército norteamericano, un hito para el sector español de defensa. SAPA está entre los accionistas de Indra reacios a la absorción de EM&E. Sus propietarios, Ibon y Jokin Aperribay (presidente de la Real Sociedad) se reunieron el pasado lunes en Moncloa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
En la Junta del día 28, Indra prevé aprobar la compra de Hispasat, el operador de satélites que compró a principios de año a Redeia, otra participada de la SEPI, por 725 millones. Se hará así con un 43% de Hisdesat, operadora de servicios por satélite para clientes gubernamentales y de defensa, seguridad e inteligencia en la que ya tiene un 5%. En ella participan ISDEFE (tecnológica adscrita a Defensa, con un 30%), Airbus Defence & Space (15%), y Sener (5%).
Hisdesat es otra gran beneficiada por los PEM junto al gigante Airbus, que prepara la creación de un gigante europeo del espacio junto a la francesa Thales y la italiana Leonardo, que tendrá una de sus cinco filiales en España. En los PEM también participa Oesía, antigua IT Deusto, socia de Indra y SEPI en Epicom (antigua filial de Duro Felguera). Entre sus filiales están UAV Navigation, Cipherbit o Tecnobit, especializada en desarrollo y fabricación de tecnología de visión inteligente, simulación y comunicaciones tácticas.

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