A un presidente de gobierno de nación occidental hay que exigirle que, como alta autoridad ejecutiva, sea responsable de la protección de las instituciones del Estado. También de las de su partido político. Es una obligación básica relacionada con la rendición de cuentas. Lo que hoy denominan «accountability», esto es: responsabilidad. Lo primero que se demanda al CEO de cualquier empresa. Si en un país como España no se le exige tal a la máxima autoridad política, significa que el Estado está moral y económicamente quebrado. Que no guarda ni las mínimas apariencias relacionadas con el deber de honradez y ejemplaridad de las autoridades políticas. La probidad en un cargo de alta responsabilidad no es una opción, sino una obligación contractual. Cuando no se cumple ésta, si el presidente de
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LA RAZÓN Opinión11/09
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