Próximos a la época en que en medio de los aeropuertos y pasos fronterizos con mucho flujo de usuarios, con buses y vehículos que se disponen a salir desde Chile, un momento rutinario, pero a la vez necesario y obligatorio ?el control migratorio? puede transformarse en una verdadera lección de civismo. En los distintos pasos fronterizos, funcionarios de la Policía de Investigaciones (PDI) revisan documentos, cotejan permisos y evalúan si un niño o adolescente cumple con los requisitos legales para salir del territorio nacional. No se trata de un capricho burocrático, sino de la aplicación directa de una norma que protege derechos fundamentales de éstos: el Artículo 49 de la Ley número 16.618.

En apariencia, el trámite es simple: un menor no puede salir de Chile sin autorización de quienes

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