Durante la próxima década, millones de empleos desaparecerán por culpa de la inteligencia artificial (IA), que ha revolucionado numerosos sectores, pero su avance también plantea serias preocupaciones sobre el empleo. Advierte la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que la automatización impulsada por la IA está reemplazando tareas antes realizadas por humanos, desde trabajos administrativos hasta funciones en la industria, el transporte, el comercio minorista o incluso la cultura o el periodismo. Un fenómeno que genera una creciente pérdida de puestos laborales, que afecta ya tanto a trabajadores con menor nivel educativo –cuyas tareas son repetitivas y fácilmente automatizables– como a empleados tecnológicos, cuyos cometidos los realiza la IA con igual calidad y en infinitamente

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