La solución para el bloqueo de Junts ya está lista. Será una estrategia de continuismo discursivo, sin concordancia con la realidad, por parte del Gobierno para mantener la apariencia de que siguen activos, de que no hay ninguna crisis, de que se está trabajando y de que la anunciada ruptura por parte de Junts es un bulo más de Carles Puigdemont para recuperar espacio político.

En lo que dure esta Legislatura la única agenda viable es la que queda residenciada en los tribunales o la que decida Puigdemont. Pero, entretanto, el Gobierno se ha acostumbrado a hablarse a sí mismo, a producir titulares en lugar de decisiones porque está convencido de que ese relato puede sostenerles en Moncloa, aunque no pueda sostener a un país.

Los socios se vigilan entre ellos desde la desconfianza que exis

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