Sonoro abucheo en el estadio de los Commanders. Trump se ha convertido este domingo en el primer presidente en el cargo que asiste a un partido de temporada regular de la NFL al acudir al encuentro de los Washington Commanders contra los Detroit Lions.

Cuando llegó el presidente de EEUU, se oyeron fuertes abucheos de algunos espectadores al verle aparecer en la pantalla gigante al final del primer tiempo —de pie en un palco con el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson—, y también cuando el locutor del estadio lo presentó en el descanso.

Los abucheos continuaron mientras Trump leía un juramento que los miembros de las fuerzas armadas debían recitar como parte de una ceremonia de alistamiento en el campo durante el descanso del partido.

El área de Washington DC cuenta con un fuerte apoyo demócrata, y los recortes de Trump han afectado a muchos trabajadores de la zona próxima al estadio de los Commanders.

Este domingo no ha sido la primera vez que Trump recibe una recepción hostil por parte del público en Washington: fue recibido con cánticos de “¡Enciérrenlo!” en el estadio de los Washington Nationals durante las World Series de béisbol de 2019.

En el primer cuarto del partido, antes de la llegada de Trump, el   wide receiver (o receptor abierto) de los Lions, Amon-Ra St. Brown, celebró una recepción de touchdown señalando a las gradas y moviendo los brazos al estilo “baile de Trump” que algunos atletas comenzaron a hacer el año pasado.

Durante el tercer cuarto, Trump se unió a los comentaristas de Fox, Kenny Albert y Jonathan Vilma, para una charla distendida de unos ocho minutos. Albert comenzó preguntándole a Trump sobre su época jugando al fútbol americano en la Academia Militar de Nueva York.

“Jugaba de ala cerrada, pero no era exactamente como este fútbol americano. Era un poco más fácil. No era tan duro”, dijo Trump.

Según la NFL, solo en dos ocasiones un presidente ha asistido a un partido de la NFL durante la temporada regular: Richard Nixon, en 1969; y Jimmy Carter, en 1978. Trump, además, se convirtió en el primer presidente en asistir a una Super Bowl estando en la Casa Blanca, cuando presenció la victoria de los Philadelphia Eagles sobre los Kansas City Chiefs por 40-22 en febrero pasado.

Según una información de ESPN, un intermediario de la Casa Blanca informó al grupo propietario de los Commanders que Trump quiere que el nuevo estadio del equipo —parte de un proyecto de casi 4.000 millones de dólares en el sitio del antiguo Estadio RFK en la capital de EEUU— lleve su nombre.

En su aparición televisiva del domingo, Trump habló sobre los planes del equipo para regresar a Washington: “Van a construir un estadio precioso. En eso estoy involucrado; estamos gestionando todos los permisos y demás. Y tienen un propietario magnífico, Josh (Harris), y su grupo. Van a ver cosas muy buenas”.

La visita del domingo fue la más reciente de una serie de apariciones de Trump en eventos deportivos, incluyendo la Ryder Cup de golf, las 500 Millas de Daytona de automovilismo y el Abierto de Estados Unidos de tenis.

“Me encanta. Es un microcosmos de la vida”, dijo Trump sobre los deportes durante la transmisión del domingo. “Es como la vida misma: lo bueno, lo malo y lo feo”.

Antes del partido, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, conversó con Harris —el cabecilla del grupo que compró los Commanders a Daniel Snyder por unos 6.000 millones de dólares en 2023— y participó en una ceremonia en el campo con miembros de las fuerzas armadas.

Hegseth estuvo entre quienes vieron el partido con Trump, junto con la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, la secretaria de Educación, Linda McMahon, y el senador republicano Steve Daines de Montana.