El 9 de mayo de 2015, dos empresas riojanas, Salsa Rica y Promociones Musicales Iregua, depositaban varios pagarés bancarios en el buzón situado en la confluencia de Chile y Club Deportivo de Logroño. Tres días después, varios desconocidos se hacen con la saca del servicio de Correos con la documentación bancaria de ambas compañías. Los pagarés fueron trasladados a Torrevieja, donde residía el jefe de una organización criminal jerarquizada y dedicada a la estafa mediante falsificación de documentos oficiales y mercantiles. Tan solo trataba con el escalafón inmediatamente inferior, una decisión estratégica que a la postre le brindaría una relevante ventaja. Era el denominado 'falsificador o plumilla', un experto en el tratamiento de imágenes encargado de manipular los pagarés remitidos por

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