El novio de Ayuso afirma que o se va de España o se suicida. Con toda su jeta. Como si quitarse la vida fuera una especie de broma casual, un recurso de telenovela barata o una carta de fuga para limpiar su nombre. Dar penita es un práctica común entre estos individuos que se han afanado en enriquecerse a costa del ciudadano. Él mismo confesó su delito y ahora se ha sumado a la táctica de la misericordia, la táctica de los que no tienen vergüenza. El país sigue sumido en problemas reales y aparece un fulano que dramatiza como si le hubieran robado la inocencia. Además, nos advierte que si sigue vivo se marchará de aquí, como si el exilio fuera un castigo y no una oportunidad de librarnos de su presencia. De paso que se lleve lejos a su pareja con él. No es grave su lloriqueo en público,

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