Durante más de tres décadas, de 1982 al 2018, el ISSSTE fue víctima de un desmantelamiento constante. Se estancó su infraestructura, se precarizaron las condiciones laborales de su personal y se privatizaron sus servicios médicos esenciales.
De 1982 a 1988, el gasto per cápita en salud en el ISSSTE cayó en un 70 por ciento.
De 1988 al 2018, el ISSSTE fue orientado hacia un modelo de contratación privada permanente en funciones esenciales como anestesia, hemodinamia, imagenología, laboratorio, endoscopía y otras, sustituyendo inversión pública por pagos contínuos a empresas proveedoras de servicios integrados, modelo que destruyó la capacidad institucional propia.
Se sustituyeron unidades de primer nivel de atención por Consultorios de Atención Familiar subrogados o rentados.
Y los nuev

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