Entonces la persona del laboratorio le practicó a Sara una glucometría y se dio cuenta de que el aparato ni siquiera generaba un número y de que la pantalla solo marcaba “ hi ”, o sea que Sara llevaba la glucosa por las nubes.
Zaida, su madre, se trasladó con ella hasta el hospital del ISSSTE, donde Sara fue ingresada por el área de urgencias e internada en una cama del área de cuidados intensivos.
“Yo estaba muy desubicada decía, ‘¿qué pasa?, porque yo no la veo tan mal’, no sabía nada”.
En media hora Sara ya estaba canalizada a una bolsa intravenosa, y ahora sí los doctores ya tenían un número: 886 miligramos de glucosa por decilitro de sangre, cuando lo normal en una persona sin diabetes son menos de 140 mg/dl.
Y a las 2:00 de la tarde su azúcar había bajado a 500.
“Yo sí tenía m

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