El Barça ofrece emociones que los amantes del fútbol y los expertos en cardiopatías agradecen. Si la temporada pasada el equipo se arriesgaba a dejarse marcar uno o dos goles para luego remontar, ahora se empeña en dejarse empatar la ventaja conseguida para motivarse con la posibilidad de, como ayer en Balaídos, llevarse los tres puntos. Con más energía que en jornadas anteriores y el oficio intimidante de un Lewandowski hambriento, el Barça man­tie­ne la doble intriga como identidad narrativa: aún no sabemos si la mejoría será definitiva o si, por el contrario, se inspirará en lo que Lenin inmortalizó en su Un paso adelante, dos atrás .

El simulacro de entrenamiento público ante 23.000 aficionados en el nuevo Camp Nou y centenares de periodistas sirvió para confirmar que las obra

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