A los sufridos hacedores de crónicas del Barça de Flick debería entrarles por contrato un pack completo de balneario para recomponerse al menos una vez al mes de tanto sube y baja emocional. La temporada pasada ya hicieron méritos para ganarse jacuzzis, saunas, chorritos de agua de diferentes temperaturas y masajes varios, pero en esta la cosa va peor (o mejor, claro, que uno ya no sabe a qué atenerse). El marcador se mueve más que la fecha del retorno al nuevo Camp Nou y en un minuto es tan razonable querer estrangular a Rashford como desear que la vida le vaya bien y abrazarle. Nadie como el delantero inglés describe el tránsito nervioso de este FC Altibajos por nuestras vidas, ya de por sí ajetreadas.

Bien mirado, este fútbol que nos atrae y desespera por igual es el más cruyffista

See Full Page