La firma no utilizó los mecanismos de control médico legalmente previstos, y actuó de manera desproporcionada.

El Superior Tribunal de Justicia consideró que el supermercado actuó sin prudencia ni cuidado y que el despido fue una forma de discriminación por maternidad.

La empresa desvinculó a una cajera alegando que el certificado médico era falso.

Aunque ese documento contenía errores formales, no eran atribuibles a la trabajadora.

La firma no utilizó los mecanismos de control médico legalmente previstos, y actuó de manera desproporcionada.

El despido vulneró la tutela especial prevista por la ley. Los jueces dieron lugar a una indemnización agravada y daño moral.

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