La búsqueda constante de aprobación puede parecer inofensiva, pero en el ámbito psicológico se entiende como un patrón emocional que refleja una necesidad de validación externa. Quienes están pendientes de lo que piensan los demás suelen modificar su conducta, opiniones e incluso su identidad, con tal de evitar el rechazo y lograr aceptación.

Expertos en comportamiento social indican que esta búsqueda de aprobación está vinculada al miedo a no ser lo suficientemente buenos. Esta necesidad de complacer se origina a menudo en la infancia, cuando el afecto y la valoración dependen de satisfacer expectativas ajenas. En la adultez, estas dinámicas persisten de manera inconsciente, manifestándose en dificultades como el perfeccionismo extremo, la incapacidad de decir que no, y una constante pre

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