Entre los 229 fallecidos a consecuencia de la riada del 29 de octubre de 2024, hubo dos que lo fueron avanzada la noche, ya cerca de las 23 horas, sin haber recibido aviso alguno del riesgo que se cernía sobre ellos. Vivían en la pequeña localidad interior de Sot de Chera, en la comarca de los Serranos, alejados de la llamada 'zona cero' y el tristemente famoso barranco del Poyo.

Según recoge un auto emitido hoy por la jueza Nuria Ruiz Tobarra, eran un niño, Manuel, que falleció en el acto, y su padre, Plácido, cuyo cuerpo fue arrastrado hasta el municipio de Vilamarxant, donde fue encontrado. Todo indica que fue el desbordamiento de la presa de Buseo, en la cercana Chera, lo que provocó la repentina avenida de agua que los arrastró. Por ello, la instructora requiere a la Subdirección Gen

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