CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El cantautor mexicano Macario Martínez se volvió viral interpretando su canción “Sueña lindo, corazón” en un video de TikTok en el que lucía el uniforme del sistema de limpieza de la Ciudad de México, donde trabajaba. Pero su historia con la música comenzó mucho antes y promete no terminar pronto.
La primera vez que la música lo cautivó fue viendo mariachis que le cantaban serenata a su abuela. Desde pequeño empezó a estudiar guitarra y a tomar clases en una casa de cultura. Su madre lo apoyó para que ingresara a una Escuela de Iniciación Artística del Instituto Nacional de Bellas Artes.
“Estuve un rato ahí, pero a mí lo que me gustaba era más era como el rock, ahí era pura música clásica”, dijo Martínez en una entrevista reciente con The Associated Press en la Ciudad de México.
A la par, se desató su interés por grabar videos con su celular, la fotografía y el cine. En la vocacional no le iba muy bien y prefirió cambiar a la preparatoria de sistema abierto. En el proceso se le sumaron sus amigos para dejar la escuela como él.
“Ya estábamos muy mal, todos hicimos extraordinarios”, recordó.
Gracias a la fotografía y los videos conoció muchas bandas independientes y esto le encendió la chispa para hacer su primera canción, “Adiós”, que lanzó en 2019. A la par empezó a trabajar para sacar adelante sus proyectos artísticos y comprar equipos y para tener un estudio donde pudiera realizarlos. Con esfuerzo consiguió “un cuartito chiquito”, recordó.
Trabajó tres años en jardinería en el Instituto Politécnico Nacional, hasta que tuvo interés por estudiar teatro, entonces dejó ese trabajo para presentar su examen para la Escuela Nacional de Arte Teatral. No tuvo éxito.
“Yo siempre fui así de dejar todo por hacer algo que yo quisiera, aunque me fuera muy mal”, dijo Martínez, de 24 años. “No me quedé y estuve una temporada sin trabajo… También me enfermé demasiado, la estaba pasando muy mal y al final encontré ese trabajo en el sistema de limpieza”.
Su primera asignación fue limpiar la Glorieta del Ahuehuete en el Paseo de la Reforma, la principal avenida de la Ciudad de México. El trabajo en el sistema de limpieza implicaba recoger basura y dar mantenimiento a los jardines. Sus jornadas solían comenzar a las 6 de la mañana y escuchaba seguido que era un trabajo en el que nadie duraba, pero Martínez no tenía miedo y logró durar un año.
Gracias a su sueldo pudo comprar un celular de empeño, un iPhone 12, y volver a grabar videos, pues había tenido que vender su cámara. Era fin de año, cuando Reforma se llena de flores de cempasúchil y nochebuenas.
“Me gustaba aprovechar mucho los elementos naturales que había ahí, los videos con las tomas que tenía ahí eran bien bonitas cada que estaba trabajando”, dijo. “Y justo para ese entonces ya estaba terminando de hacer como de mis primeras canciones de estudio”.
Con sus primeras melodías, Martínez había cultivado un público de unos 2.000 oyentes mensuales en Spotify y otras plataformas. Su aspiración era avanzar en círculos indie para aumentar a unos 30.000 oyentes. Actualmente tiene 1,5 millones.
“Cuando estás en ese punto no sabes, tú ves a los artistas y no sabes cómo sucede”, señaló. “Yo no sabía si iba a tener una oportunidad”.
Lanzó “Sueña lindo corazón” y pensó en hacerle un video promocional. Tuvo varios intentos sin conseguir tantas vistas, hasta que pensó en grabarse en acción en su trabajo.
“Me grabé ese día a escondidas, básicamente porque no nos dejaban grabarnos, ni tomar fotos, ni nada”, señaló Martínez, quien aprovechó todo el conocimiento previo que tenía con las cámaras. “Ya sabía cómo editar un video, cortarlo, acomodarlo, entonces esto fue como de narrativa, un poquito de cine también”.
Subió el video con la leyenda “La vida pide mucho y yo nomás soy un barrendero que quiere que escuches su música”, y se fue a dormir.
“Al otro día que desperté fue una locura total y nos ha llevado a muchos lados y por acá seguimos”, recordó sonriente.
La historia de Martínez recuerda un poco a la de Hirayama de la película “Perfect Days” de Wim Wenders.
“Una joya de película”, dijo. “Yo ya estaba en ese trabajo cuando la vi. Y no sé si te pega más cuando eres una persona que trabaja en eso y le entiendes mucho más”.
En las raíces musicales de Martínez hay variedad. Escucha huapangos y jaranas veracruzanas, Caifanes, Silvio Rodríguez, Juan Gabriel, Gabino Palomares, el guitarrista sueco José González, Natalia Lafourcade, Zoé y Siddhartha, pero también están Bob Dylan y Cocteau Twins.
Tras presentarse en los festivales Vive Latino y Tecate Pa’l Norte de este año, Martínez estrenó en octubre su concierto para la serie Tiny Desk de NPR. A finales de ese mes lanzó su álbum debut “Si mañana ya no estoy”.
“No sabía qué hacer y justo tenía ese miedo hacia el futuro y siempre estaba pensando en el pasado y en lo que había dejado atrás”, dijo. “Y este disco creo que es todo lo que sentí de los 19 a los 24 y como lo procesé”.
Una de las canciones del álbum, “Estaba lejos (cómo la lucidez se pierde?)”, incluye jarana, ukelele, arpegiador y sintetizadores. Es una canción nostálgica y tiene que ver con el olvido.
“Azul”, otro de los temas, es una mezcla de mariachi y huapango huasteco, habla sobre el amor, el mar y el tiempo.
“Cómo puedes pasar mucho tiempo con una persona sin hacer nada y simplemente es genial hacerlo así, juntarte con alguien solamente para perder el tiempo. Es una de las cosas más bonitas que puedes hacer”, dijo. “Era una idea que pasaba mucho en esos tiempos por mi cabeza y traté de definir al 100%. El amor, el amor por medio del color azul, el azul del mar o del azul cielo”.
El padre de Martínez es de Veracruz y cuando lo iba a visitar a veces había nortes, como le dicen en el estado a los eventos de fuertes ráfagas de viento que suelen ocurrir a fines de año. Uno de sus temas se llama “Temporada de huracanes” y está inspirado tanto en la novela de Fernanda Melchor como en sus propias vivencias. La canción incluye una grabación de la voz de la madre de Martínez.
“Se ponía muy triste el día”, dijo Martínez. “Todo nublado, todo frío, pero era un ambiente que me transmite demasiado, que traigo muy muy bien guardado”.
“Pijamas” es un tema romántico, surgido de conocer a su novia en un momento en el que ella no podía encontrar mucha calma en su vida y es su canción favorita para tocar en vivo.
Martínez es consciente de que dio un salto cuántico al llegar a los niveles en la industria musical en los que transita ahora. Pero al mismo tiempo trata de mantenerse con los pies en la tierra y tener una relación sana con la parte más dura del negocio.
“Es difícil porque es un mundo a veces muy complejo”, dijo. “Es un mundo que te exige muchísimo y es un mundo que te exige inmediatez y te exige eficacia y te exige éxito todo el tiempo. Creo que está bien darte un tiempo para pensar, para sentir, para extrañarte, para fijarte un poquito en el cielo y en los árboles imperfectos. Porque creo que esa es la clave para estar mejor”.
Martínez reconoce su trabajo en el sistema de limpieza por ayudarle a tener esta perspectiva.
“Conocí muchas historias de muchas personas”, señaló. “Nos estábamos cuidando los unos a los otros, porque estábamos juntos en eso, porque lo estamos pasando difícil todos, porque el mundo era difícil con nosotros... Y al final estábamos juntos”.

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