A pocas cuadras del puerto del Callao, un inmueble común ocultaba un cargamento que sorprendió incluso a los agentes más experimentados. En su interior, la Policía Nacional encontró toneladas de aletas de tiburón listas para salir del país rumbo a Asia. El decomiso se convirtió en un recordatorio de la presión constante que sufren las especies marinas y de la magnitud del negocio ilegal que opera desde la costa peruana.

La intervención ocurrió durante una acción conjunta entre agentes de Investigación Criminal y personal especializado en delitos ambientales . Los efectivos ingresaron al almacén clandestino tras semanas de seguimiento. En medio de cajas apiladas y sacos rotulados de forma irregular, identificaron aletas de distintos tamaños, muchas de ellas correspondientes a especies

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