En los últimos años, decenas de cursos de agua en la cordillera Brooks, un rincón remoto y prístino del norte de Alaska, pasaron de un azul cristalino a un naranja turbio , visible incluso desde el aire. Investigadores que sobrevolaban y navegaban esta zona , que inicialmente se encontraban estudiando otro asunto (el lento avance de los árboles en lo que antes era tundra, un indicio del rápido cambio climático), se sorprendieron al descubrir como el hierro parecía brotar por los ríos y se enfocaron en ello. Se trata de una tonalidad naranja intenso que recuerda al drenaje ácido de minas, pese a que en esas cuencas no hay actividad minera. Esto despertó, por supuesto, el interés del biólogo Patrick Sullivan que observó este llamativo cambio en la coloración de las aguas, mientras i
Los ríos del Ártico se están oxidando: el fenómeno que alarma a los científicos de Alaska
Meteored4 hrs ago
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