Un informe elaborado por la organización de derechos humanos Human Rights Watch ha desvelado la impunidad con la que actúan los ganaderos ilegales en la Amazonía brasileña y cómo esta actividad clandestina sigue ocupando cada vez más superficie de selva, que es previamente deforestada. Los indígenas que viven en estos lugares son expulsados y desalojados, de forma ilegal y a menudo violenta, sin que las autoridades intervengan para evitarlo. Parte de esa carne acaba llegando a España y otros países europeos.
La expansión incontrolada de explotaciones ilegales en la región de Pará ha devastado territorios como el asentamiento Terra Nossa y el territorio indígena Cachoeira Seca. La ausencia de controles efectivos sobre la cadena de suministro de la mayor empresa cárnica del mun

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