El sistema que monitoriza las pulseras de control de maltratadores (Cometa) ha sufrido un fallo este martes que ha provocado que los dispositivos dejaran de funcionar correctamente durante varias horas. El Ministerio de Igualdad asegura que, en cuanto tuvo constancia de la incidencia, las víctimas fueron contactadas para alertarles del fallo del sistema, así como las fuerzas y cuerpos de seguridad para garantizar la protección de las mujeres. El botón del pánico -que hace saltar una alarma prioritaria- del que disponen las víctimas ha estado activo en todo momento, también la posibilidad de hacer o recibir llamadas así como las alertas por proximidad.

El fallo se producía este martes por la mañana y el Ministerio de Igualdad activaba el protocolo de protección “previsto ante este tipo de acontecimientos, avisando tanto a todas las víctimas de violencia sexual y de violencia de género que cuentan con este dispositivo, como a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de forma que se garantizara la protección de las víctimas”, asegura el departamento de Ana Redondo. El servicio está en manos de una UTE entre Vodafone y Securitas Seguridad España desde finales de 2023, cuando se hicieron con la nueva licitación del contrato, hasta entonces en manos de Telefónica.

La ministra y la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Carmen Martínez-Perza, han estado en contacto con las empresas y han acudido personalmente a la Sala Cometa en la que trabajan las operadoras “para conocer de primera mano la incidencia”. Igualdad asegura que ya se ha detectado el origen del problema y que el sistema “está en proceso de recuperar la normalidad”.

“La ministra de Igualdad quiere dejar claro a las víctimas, con las que se solidariza, que el sistema de protección va más allá de los dispositivos telemáticos e incluye una red institucional de protección con multitud de profesionales que garantizan su seguridad incluso ante una incidencia tecnológica”, dice el comunicado del Ministerio. “Se trabaja desde la discreción y la sensibilidad que merece este servicio. Además, investigaremos hasta el final y, si hace falta, tomaremos las acciones oportunas”, ha señalado Ana Redondo.

La polémica

En septiembre, el funcionamiento de las pulseras provocó un terremoto político que llevó a la reprobación de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, en el Congreso. Todo comenzó con un párrafo en la última memoria de la Fiscalía: el Ministerio Público aseguraba que un error técnico durante el trasvase de datos a la nueva empresa adjudicataria del servicio Cometa (una UTE formada por Vodafone y Securitas) hizo que, durante meses, se perdieran los datos anteriores a marzo de 2024. Eso, proseguían, había provocado una “gran cantidad” de absoluciones y sobreseimientos de agresores debido a que los juzgados no podían contar con la información sobre sus movimientos. Se trataba de casos en los que se acusaba al agresor de haber quebrantado una orden de alejamiento, no de los procedimientos por violencia de género en sí.

Tras el revuelo, la Fiscalía aclaraba que el fallo había sido puntual y que “la mayoría” de los procesos fueron reabiertos y “resueltos posteriormente” una vez se recuperaron los datos. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, también insistía en que los problemas “fueron contados” y los cifraba en el 1% de los casos, aunque el Poder Judicial no ofreció datos concretos. Ocurrió a raíz del cambio de empresa adjudicataria del servicio, que pasó de Telefónica a una UTE de Vodafone y Securitas Seguridad España en octubre de 2023, aunque en la práctica fue a principios de 2024 cuando el nuevo sistema comenzó a funcionar y, según las trabajadoras, a “dar fallos”.

A partir de ahí, sin embargo, salió a la luz que el cambio de empresa adjudicataria había disparado las incidencias del sistema. “Las y los operadores estuvimos desde el principio  del cambio de empresa  avisando de los fallos”, aseguraba a elDiario.es una trabajadora, que explicaba que algunas de las incidencias tenían que ver con la geolocalización de los dispositivos o con “señales que llegan tarde” a Cometa.

Aunque este tipo de incidencias ya sucedían a veces, varias empleada y exempleadas confirmaron que el cambio de adjudicataria supuso un punto de inflexión. El servicio siempre había estado en manos de Telefónica, que no se presentó al concurso público que el Ministerio de Igualdad licitó en 2023. Cometa quedó, finalmente, en manos de una UTE de Vodafone y Securitas Seguridad España (la única oferta que se presentó al concurso), que pusieron en marcha su sistema a comienzos de 2024.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, aseguró que el sistema nunca había dejado de funcionar y de proteger a las víctimas, y señalaba que buena parte de este exceso de alarmas se había producido porque los nuevos dispositivos tenían más sensibilidad que los anteriores y había llevado tiempo ajustar su funcionamiento. “En todo momento la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género trabaja con el operativo que se está desarrollando y hemos estado trabajando codo con codo con la empresa. Hemos estado en todo momento insistiendo en que había que corregir, en que había que mejorar. Pero hay una cosa muy importante: la tecnología falla, en este servicio y en cualquier otro. Cuando se produce una incidencia técnica, hay protocolos de reacción inmediata. Junto con el dispositivo, hay todo un protocolo, todo un servicio muy complejo a disposición de la seguridad de las víctimas”, explicaba Redondo en una entrevista.

Actualmente, 4.515 hombres portan una de estas pulseras. Se trata de acusados o condenados por agresión sexual o por violencia de género. Los dispositivos están conectados a la sala Cometa, desde la que trabajan las operadoras –la mayoría son mujeres– que gestionan las alertas y la comunicación con víctimas, agresores y fuerzas y cuerpos de seguridad.